Fin de semana de montaña auténtica en China
Esto es el noroeste de la província de Hebei, justo en el límite que limita con Mongolia Interior.
Enero de 2007, mucho frio y buena gente.
Partimos de Beijing en furgoneta, unas 4'30h de viaje. Eramos 7 magníifcos dispuestos a lo que sea en este periodo glaciar en China.
Héctor (natural de Lleida), José (de Castellón), Andrés (de Colombia, también de Columbia...), Anako (francesa, pero crecida en Katmandú, nepal), Mirella (de Italia), Caroline (de Bélgica) y yo.
La casa, el "hotel"
Es aquí donde pasamos noche, todos en la misma habitación y cama, de estilo chino de montaña, con el kang (calefacción) que tanto sirve para cocinar como para dar calor debajo de la cama, permitiendo (si hubiese funcionado bién) que el colchón esuviera calentito toda la noche... la realidad fue otra... aunque gracias al vino y complemento la pasamos en grande.
Recordatorio: Gracias Héctor por estos vinos de selección acurada que compraste después de la misma noche de fiesta del viernes (durmimos 1 hora antes de ir a Hebei).
Nuestro Guia
Cualquier frase se quedará corta para describir a este magnífico personaje. Conocedor al máximo de los alrededores del pueblo, buen caballero (se entiende que al montar a caballo), no tan bueno al explicar como frenar a un caballo (esto va por la carrera que se marcó José por la estepa china y también por mi salida a caballo de la casa que fue directamente por la cuneta y caballo desbocado...). Él también es un perfecto bebedor de Baijiu y no menos fumador ( de cualquier cosa... el regalo final que le hicimos le encantó...)
A
caballo
Fue una gran experiencia, a pesar de los sustos y las dificultades que tiene el que un caballo acostumbrado a recibir ordenes en chino tuviese que esforzarse por entender nuestro dialecto macarrónico...
El paisaje, la tranquilidad, el frio auténtico de montaña, el olor a campo permaneceran siempre en nuestro recuerdo...
El cordero (fuente de risas y cena primitiva)
Esta es quizas una de las imagenes que más hemos comentado, reido y disfrutado. Pedimos un cordero para cenar y lo tuvimos. Evidentemente llegó vivo y entre todos nos encaragamos de qué en 2 horas estuviese listo en la mesa.
Nuestro guia (también degollador de corderos) hizó lo más dificil... apuñalar al animal... después José y yo tuvimos el "placer" de continuar la tarea sintiendo como el cuchillo encontraba venas, tendones, huesos hasta que finalmente dejó de mover las patas a ritmo frenético (como si estuviese en el Nanjie...)
La fiesta del cordero
A la izquierda Andrés y José.. con una pata de cordero cada uno... fue una comido al más estilo guerreros del imperio Mongol (directamente salida la carne de la barbacoa improvisada para nuestros estomagos)
Cara de satisfacciónEsto refleja las ganas con que el matador hizo su trabajo tan animosamente. Por cierto todo fue rapido, bueno y

barato
Fiesta de noche
Se avecinaba una larga y fria noche, así que necesitamos de vino, pipa y música (Hector intentó esto último...aunque no resultó debido a la falta de cassettes de última genración!)
Finalmente quedamos un poco destruidos.....

La mañana siguiente fue un paseo genial por los pueblos campestres de alrededor, mientras las más animadas (Mirella y Anako) hacias de jinetes por segunda vez... los demás dijimos que seguramente los caballos necesitaban descansar.... y nos decantamos por una escalada de montaña (andrés aún recuerda la subidita... se dejó los zapatos de clavos en beijing)
Finalmente resultaron 2 dias que siempre vamos a recordar!!!
Ah, me olvidaba de decir que disfrutamos de una de las noches de más estrellas en China... recordé la historia de Timón a Pumba de las luciernagas enganchadas en el techo... precioso!